Se empieza a sentir la llegada de
un profeta del fútbol que ha contagiado de nuevo a un todopoderoso campeón
desde la cima. Sin dudar lo más mínimo, ha cambiado el acorde de esa partitura
que la temporada pasada resonaba en Europa y el mundo. Seguir siendo el mejor y
al que todos temen. Al que nadie quiere verse emparejado con él. La pesadilla
de los más pequeños. Capacitado para renovarlo, reeducarlo y continuar con su
exitoso momento. Ese es su legado. El legado de Pep Guardiola.
El de Sampedor no ha dejado de
sorprender desde su llegada a tierras bávaras. A un reto que para muchos era
demasiado fácil y accesible. Todo ello inmerso en un ambiente de serenidad y a
la par expectante por su exitoso paso por Barcelona.
El equipo muniqués se ha
consolidado como uno de los claros candidatos a ganarlo todo, por segunda vez
consecutiva. Un reto para el club y también para Guardiola. Un reto a la
historia del fútbol. Un reto con mayúsculas. El destino ha querido que el éxito
de ambos vaya de la mano. Pero no solo de estos dos, también hay un tercero.
La Alemania de Joachim Low es la
contagiada de las pautas del nuevo entrenador del Bayern. Otra más unida a ese
destino. Durante meses, “El Pep”, ha tratado de buscar su equilibrio de juego
modificando el exitoso estilo de Heynckes. Cambiando los roles del equipo. La
forma, el cómo, el cuándo, el para y el porqué de hacer las cosas. Darle otro
sentido a lo que estaban acostumbrados a hacer. Modificar posiciones de jugadores
consolidadas, muy respetadas e intocables. Como si de una revolución se
tratase. Sin ningún temor a nada ni a nadie.
Como dijo Pep en una ocasión: “No
hay nada más peligroso que no arriesgarse”. Todo ello, y era de esperar, ha
llamado la atención del seleccionador alemán, de tal manera, que se han visto
en varias ocasiones. Low seguramente se ha preparado bien la lección,
empapándose de los consejos de Guardiola para hacer bien los deberes con la
“Manschafft”.
Low, enamorado del estilo
“Pep”, afirmó en una entrevista que
porque no aplicar las modificaciones del Bayern a la selección alemana, “yo quiero lo mismo, necesitamos
variantes para ser impredecibles para cualquier rival".

A pesar de las críticas recibidas, hasta del propio
jugador, su entrenador ha encajado de manera fantástica el elemento que más
resultado le está dando y del que tanto puede presumir. El caso es que ni Javi Martínez ni su útil
alternativa Thiago Alcántara son pasadores suficientes para un centro del campo
“made in El Pep”. A pesar de la impecable técnica y visión de juego de
ambos, no van a hacer cambiar de idea a su entrenador.
Guardiola y Low lo tienen muy claro, Lahm es su hombre. El capitán del Bayern de Munich y de Alemania reúne todas las características y es el elegido para hacer de Xavi en su equipo y de Beckenbauer en su selección. Rápido en el giro, seguro en el pase, recuperador y escasa pérdida de balones. Suficientes aptitudes para ganarse a Guardiola el cual afirmó que “nunca había entrenado a un jugador tan inteligente como él” y ni qué decir tiene de su seleccionador Joachim Low, el cual también afirmo que "tiene una autoridad natural, asume la responsabilidad y es un absoluto líder en la comunicación".

Lahm, Pep y Low. Low, Pep y Lahm. Tres hombres y un destino. Ganar absolutamente todo. La gloria como único objetivo. Inmersos en el mejor momento futbolístico de Alemania, la “Manschafft” pretende ganar su cuarto mundial que lleva acariciando los últimos tres campeonatos. El Bayern, todopoderoso de Europa, aspira a ganar su segundo triplete consecutivo, una auténtica utopía. Jamás lo consiguió otro equipo. Que mejor director de orquesta que Pep Guardiola. Para el de Sampedor sería su segundo triplete. Tampoco antes se consiguió. El destino los ha unido y los astros alineados, preparados esperando a que la gloria tiña de oro tierras bávaras. ¿Serán capaces de conseguir tal hazaña?
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