Determinante es la regularidad en el Campeonato del Mundo de Surf, que se lo digan a Kelly Slater, que después de un arranque de campeonato donde ha llegado a cuartos de final en el Pro Bells Beach y en el Pro Goald Coast, y a semifinales en el Pro Margaret River y en el Pro Rio Pro, se ha alzado en lo alto de la clasificación general de la ASP.
Los años no pasan en balde para el once veces campeón del mundo y es que a pesar de sus 40 años, siendo el surfista más longevo, sigue estando a un nivel espectacular. Ni los surfistas más jóvenes del mundial ni los más veteranos pueden con el americano. La pregunta que nos hacemos es: ¿hasta cuándo?
Ya en 1998, con tan solo una victoria en una de las pruebas del campeonato, hizo que su buena actuación y su gran regularidad lo hiciera Campeón del Mundo, en aquella ocasión conseguía su sexto campeonato mundial y con tan solo 26 años de edad.
La hegemonía de Slater sigue latente y es que a pesar de la hornada de grandes surfistas que comienzan a pedir paso, cada vez que el americano se sube a su tabla, no da síntomas de bajar su nivel y ni mucho menos sentirse presionado por las nuevas perlas del surf.
La quinta parada del campeonato nos lleva al Pro Fiji del 1 al 13 de junio, donde el pasado año este lugar se coronó como territorio de valientes. Las olas que se sucedían a lo largo del fin de semana fueron gigantes y varios surfistas no se atrevieron a mojarse por las condiciones del mar y porque no llevaban tablas lo suficientemente fiables como para hacer frente a este.
Como no podía ser de otra manera los más grandes de este deporte afrontaron al oleaje y como no, Kelly Slater, ganaba al que después sería campeón, el australiano Mick Fanning, en una final en la que el americano rozó la perfección con una puntuación de 19,80, una auténtica barbaridad. En 2012 también se alzó con el trofeo de campeón pero esta vez su rival en la final fue el brasileño Gabriel Medina al que derrotaba, también puntuando muy alto, 18,16.
A una semana y pocos días del comienzo del Pro Fiji la regularidad, la suerte y la estadística están del lado del americano, donde en aquel rincón de la tierra alejado de la mano de Dios se vuelve grandioso sobre la tabla y podría decirse que de otro planeta. Nos vemos en Fiji. Aloha.