Desde que en 1973 se jugara la primera final de Supercopa de
Europa de forma oficial, numerosos han sido los cambios que ha sufrido esta
competición y también muchas, las anécdotas que guarda esta final europea después
de 41 años de historia.
Un año antes de la primera final, en 1972, Glasgow Rangers y
Ajax de Amsterdam jugaban la primera final de Supercopa de Europa que la UEFA
no reconoció como partido oficial. Un periodista holandés muy reconocido, Anton
Witkamp, quiso poner a prueba al Ajax después de tantos años de hegemonía en Europa. Su propósito era ver hasta donde podía llegar el equipo de Johan Cruijff y
también, que los campeones de Europa y Recopa se enfrentaran a doble partido
para ver quién era el mejor equipo del continente.
A pesar de la negativa de la UEFA a la proposición de Witkamp y
con la sanción vigente por aquel entonces al Rangers por los sucesos
acontecidos en la final de Recopa de ese mismo año, el periodista tuvo su final
y esta se jugó. El Ajax holandés se imponía cómodamente al Rangers escocés en
los dos partidos.
El club tulipán se coronaba como primer campeón de esta final no oficializada por la organización europea de fútbol. Un año mas tarde y tras oficialización de la competición, el Ajax se coronaba también como campeón de la primera Supercopa de Europa en la historia.
El club tulipán se coronaba como primer campeón de esta final no oficializada por la organización europea de fútbol. Un año mas tarde y tras oficialización de la competición, el Ajax se coronaba también como campeón de la primera Supercopa de Europa en la historia.
La segunda final en 1974, Bayern de Munich y
Magdeburgo se veían las caras siendo la primera final con dos equipos de un
mismo país. Este partido nunca se llego a disputar. Munich pertenecía a la
Alemania Federal y Magdeburgo a la Democrática, con el país dividido por el
Muro de Berlín y con la crisis política que corría en la nación los dos equipos no disputaron la final.
Siete años mas tarde, en 1981, una final de Supercopa
tampoco iba a disputarse. En esta ocasión, Dinamo de Tiblisi, campeón de la
Recopa, y Liverpool, campeón de la Copa de Europa, no pudieron jugar la final.
El equipo red no encontró una fecha para disputar la final y no llegó a jugarse.
Everton y la Juventus, pasados cuatro años tampoco
pudieron disputar esta final. Esta vez no fue por la imposibilidad de disputarla
y por no encontrar una fecha asequible como había sucedido en la del año 81. La
razón fue que la UEFA sancionó ese mismo año a todos los equipos ingleses a no
participar en competición europea tras la tragedia de Haysel y el Everton fue
el primero en pagar cara esta sanción.
Tras doce años de Supercopa de Europa y siendo una
competición todavía joven, fueron tres las finales que por razones
extradeportivas no llegaron a disputarse. La del año 1974, 1981 y 1985. Y al decir tres podría decir tres y medio. En 1991 Manchester United y Estrella Roja de Belgrado solo pudieron disputar un
solo partido ya que por motivos políticos de la exYugoslavia el
conjunto de Belgrado no pudo disputar la vuelta.
A partir de 1991 esta final que enfrenta a los dos mejores
equipos del viejo continente transcurrió de forma normal hasta hoy. Normal, a
pesar de los cambios que fueron cambiando el formato de la competición.
El Real
Madrid posiblemente sea el equipo que mas ha sufrido las reglas de esta final europea. Habiendo disputado tres y ganado
tan solo una, es el que mejor puede decir que ha vivido el amargo sabor de los nuevos formatos de la Supercopa de Europa.
El conjunto blanco fue el primero en jugar la primera
edición de la Supercopa de Europa a un solo partido. El equipo dirigido por
Guus Hiddink perdía frente al Chelsea ingles con un solitario gol de Gustavo
Poyet. Fue la primera final a un partido disputada en 1998.
Otra novedad que el Real Madrid degustaría amargamente en su
segunda final, fue el famoso gol de oro. Nunca en ninguna finalísima, se había
decidido el encuentro con el fatídico gol. Fue en la final del año 2000 y
frente al Galatasaray. El conjunto blanco salía derrotado con un gol del
delantero brasileño Mario Jardel en la prórroga dando por finalizado el
encuentro tras ese gol. El aficionado madridista recuerda tristemente aquella
final perdida, el gol de oro mas tarde sería abolido.
La mala experiencia del Real Madrid en esta competición
terminó dos años mas tarde. Frente al Feyenoord holandés, el club blanco conseguía
su primer trofeo de Supercopa de Europa tras dos finales perdidas.
41 años de competición y 5 finales en las que se necesitó
jugar la prórroga. Nunca en la historia se llegó a la tanda de penaltis para
que el partido definitivamente se decidiera. En estas cinco bastaron los
treinta minutos suplementarios para decidir el encuentro.
En 1999 la Recopa desaparecía y el lugar que quedaba vacío
lo ocuparía el campeón de la copa de la UEFA que tampoco defraudaría en esta
competición. Curiosamente el computo global de victorias en esta final no es
mayor para el ganador de la Copa de Europa.
A pesar de que la Liga de Campeones
siempre fue la competición más fuerte por excelencia y la más difícil, el
que más veces la ha levantado ha sido el otro campeón europeo, es decir, el
campeón de la antigua Recopa y la bautizada copa de la UEFA actualmente llamada, Europa League.
Tras 38 finales de Supercopa de Europa, 20 Supercopas han
sido conseguidas por el pequeño campeón europeo y 18 por el gran campeón de la
Liga de Campeones.
El Milán es el equipo con más trofeos en su haber, en
concreto 5, y ha jugado 7 finales. Le sigue el Barcelona con 8 finales
disputadas y 4 títulos conseguidos. España encabeza la lista de países con mas
Supercopas de Europa con 10 títulos y 17 finales disputadas hasta hoy. La de esta noche
será la decimoctava final que juega un equipo español, en este caso dos clubes.
El Sevilla esta noche, según la historia, tiene la probabilidad de ganar ya que el
resultado en las finales de Supercopa entre equipos de un mismo país
favorece al campeón de la Europa League, 2 a 1 en concreto. Para los andaluces
será su tercera final en esta competición y para el Real Madrid la cuarta.
Aparentemente un torneo que para el aficionado nunca tuvo
especial trascendencia pero que con el paso del tiempo se ha visto que si. Un
torneo con mucha historia y con increíbles anécdotas, y que de algún modo,
decide quién es el mejor equipo del viejo continente.
Madrid o Sevilla, Sevilla
o Madrid, en Cardiff, Gales, lugar atípico después de años disputándola en Mónaco hasta 2012. Hoy se escribirá
un nuevo capítulo de la Supercopa de Europa y a buen seguro, con mucha historia y por cierto, española.